...nunca fuimos cisnes..., a photo by Garbándaras on Flickr.
No hay mucha gente en el Agustín pese a ser víspera de festivo. Mi amiga y yo, dos hombres al lado de la puerta y un grupillo al fondo. A nuestro lado, una mujer lee el Diario de Léon mientras se bebe una cerveza. Cara de cansancio, ligeramente maquillada: seguro que es más jóven de lo que parece. Un segunda mujer aparece desde el fondo del bar y se sienta a su lado secándose las manos minuciosamente. Está totalmente despeinada y vestida con descuido, tiene aspecto de recién levantada. El camarero les pone la tapa de tortilla y comen en silencio.
Los dos hombres del fondo las miran. Su estado de embriaguez es más que evidente. Uno habla sin parar y el otro tiene la mirada perdida. El charlatán se va acercando a la mujer del periódico y acaba hablándole a la oreja. Ella mira a su amiga con resignación, se encoge de hombros sin hacerle ni puto caso, levantando el hombro cuando él se acerca demasiado. El de la mirada perdida saca la cartera y cuenta billetes, como intentándo hacer unos cálculos que es evidente que se le olvidan, porque a los dos minutos los vuelve a sacar y a recontar.
Yo me bebo mi cerveza observando la escena, mi amiga está fuera fumando. Y no puedo evitar pensar en la vida que llevarán esas dos desconocidas, que llevan en la cara un cansancio acumulado durante años. Cansancio, derrota, resignación. Nunca fueron cisnes.
Pagaron su consumición y salieron del bar seguidas por los dos indivíduos del fondo: uno iba rascándose los huevos...el otro contaba sus billetes una vez más.
...porque tu ves, lo que nadie ve...
ResponderEliminara veces, sólo a veces...
EliminarHostias niña ... quiero más.
ResponderEliminarBueno..voy con frecuencia a ese bar....quizá les vuelva a ver..;-)
Eliminarteño tido situacións nas cales me podo poñer na pel de cada unha das persoas e dos actos que relatas...incluindo o da narradora.eso non pode ser bó
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